Fotografía de Javier Jimeno Maté
Me llamo Nuria Herrera, debería decir
María de Magdala,
soy la mujer que sale en esta foto.
Me llamo Nuria y amo.
Me llamo María y amé.
Rescato mi nombre del silencio
al que lo destinan
los poderosos
porque,
demasiadas muertes por minuto,
demasiados muertos en vida,
demasiado alto el índice global de miedo.
Soy lo escondido.
Lo negado.
Con mi nombre culpa.
De mi sabiduría pecado.
Me mataron.
A mi también me mataron.
Me llamo Todas y nos mataron.
Enterraron
a la artífice necesaria
intuición que orquesta
la parte que comparte y crea.
Temieron
temieron
¡temieron!
el cuerpo que, del fruto, hace carne.
La conciencia que tiende a compadecer.
El amor
el amor
¡El Amor!
puro, profundo, de dos,
que vierte sangre nueva a la tierra,
una sangre, que no necesita guerra.
La unión.
La naturaleza.
Ahora,
demasiadas muertes por minuto,
demasiadas muertes en vida,
demasiado alto el índice global de miedo.
Desecho los laureles,
bajo el bastón de mando,
rechazo ponerme la corona de espinas,
y repartir, con mis hermanas, el botín de la venganza.
Vengo con la verdad a curar el dolor.
Vengo con dos manos,
en una traigo una cuna,
en otra, todas las flechas,
soy la luz que remueve,
soy, la luz que reinventa,
os invito a la ley de la transparencia,
a la ley de la transparencia,
a traer de casa limpias
las mitocondrias de las células,
a parar la programación.
Me coloco en el sitio
porque conozco el perdón.
Nos lo estamos perdiendo,
nos
lo
estamos
perdiendo,
es
El
Amor.
2014, Nuria Herrera.