Imagino esperas números y títulos, fechas y declaración de intenciones, pero todo eso es tan ligero que cabe, a las malas, en un folio.
Soy existencia.
No puedo definirme entonces porque sería restarme otras posibilidades.
sí,la poesía es mi principal eje, pero no digo no a ningún sitio que me invite y en el que yo me sienta, porque quizá ahí pueda ser también, y para existir, dejarse ser.
Digamos que desde el arte, después de desde la contemplación, me parece la mejor manera de vivir.
No tengo nada mío, ni un vídeo, ni un poema. Firmo para registrar un tiempo espacio que habito.
Es todo del Todo mismo haciéndose y yo agradeciendo su paso. Cada vez más, obedezco.
Voy hacia algún sitio, sí, lo elijo, sí, lo llamo totalidad, para ello todos los días hago presencia.
Querría que todos fuéramos.
Ahora vivo en el poema pero no podría decir que he perseguido a la poesía, antes, reconocería haberla huído. Por eso al final esto es una obediencia. Era la única manera lícita a mis ojos, saber si sin pretenderla estaría, y, estuvo. Entonces no hay pretensión tampoco, es, insisto obediencia. Humilde, decir, la poesía sí me persigue a mí, y hacerme responsable.
La poesía sí me persigue a mí y con eso me vale.
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