policía o malvavisco

Un coche de policía aparca

en la mitad de esta calle

peatonal

Cuesta de Moyano, Madrid,

en la mismísima boca del Retiro,

esta calle de libreros y de libros,

de Pío Baroja y de

Manuela Carmena.

Se bajan del coche

nadie sabe a qué todavía.

Los estamos mirando.

Yo, desde este poema que se hace solo,

sentada encima de una silla

puesta encima de un vacío legal,

rumbo cartel con lema ley,

a toda máquina a pie de calle poesía.

Van a comprarse un libro, y,

los estoy perdonando, pero,

aparcan como si fuera suya la calle,

me asaltan los ojos

señores feudales a caballo y,

demasiada gente agachada y,

maldigo los coches vestidos porque sí.

Pulso una tecla para escribir

de un golpe y a la primera,

todo el rechazo que fluctúa

(hasta terminar en contra casi siempre)

en esta parte del mercado:

la de los súbditos, los que pagan,

los que han de callar,

pulso una letra para,

a la primera,

cuando,

levanto la vista porque

uno de los agentes

me ofrece

un

caramelo.

Tiene un millón

dentro

de una bolsa de plástico

que me acerca con su brazo izquierdo.

Muy rápido le digo

que mi mamá me ha dicho

que no acepte nada de desconocidos, y,

se ríe conmigo,

a la salida del colegio

yo nunca encontraba al de la droga

me dice,

y me río con él,

propone violeta o malvavisco

escojo

malvavisco, porque,

desconocía el dulzor y la palabra,

tampoco somos todos así, ha dicho,

y por eso,

también le he dado las gracias.

Me enseña El Quijote para niños que

tenía encargado para sus hijos,

habla de entradas, de Sónar, de Barcelona,

mientras me callo y me caigo

y me alegro y el poema va cambiando.

La verdad al final

siempre chilla lo suyo,

es,

la única autoridad que siempre encuentra la manera

es buena ley tenerle ley y no oponerse,

agachar con la inflexión

exacta la cabeza,

reconocer que,

cada uno okupa el mapamundi lo mejor que puede,

mi impulso tenía raíz en la memoria de los hechos,

los hechos trajeron a la memoria

la mejor raíz de todas:

la de que la vida, belleza.

La de que la vida al final, siempre se rescata sola.

Nuestra única función es

no obstruírla el paso,

reconocer lo propio,

limpiarlo

y por eso

mi única función ahora

es

terminar

este

poema.

EL sol en la cara. 2016.

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10 comentarios sobre “policía o malvavisco

  1. Vivo en un pueblito de Guadalajara y los jueves nos reunimos a leer poemas de un autor . Mi autor mañana serás tú y después leemos nuestros modestos poemas. Un día podías escribir un poema a los humildes DI VERSOS de Valdeluz

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    1. Hola Leonor, qué honrada me siento por lo que dices, qué reunión maravilla en vuestro pueblito, vosotros ahí, los jueves. 🙏 ser partícipe de algo así me encanta, cuéntame por favor, y, por supuesto cuando quieras, un poema. Gracias!

      Me gusta

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