He leído, Nuria, y he disfrutado las artes de tu web. Y me ha cautivado tu filosofía y tu manera de decir y expresar los mundos que hay en ti.
Tomaré tus propias palabras para hacerlas mías y dejarlas aquí, como muestra de lo que he aprehendido y tomado en mi visita a tu web:
“No tengo nada mío, ni un vídeo, ni un poema. Firmo para registrar un tiempo espacio que habito”.
“Voy hacia algún sitio, sí, lo llamo totalidad, para ello todos los días hago presencia”.
Me quedo, Nuria, para mí, como si míos fueran, algunos de tus poemas de EL SOL EN LA CARA, ese libro
que nació un otoño y culminó un verano, todo en la Cuesta de Moyano de Madrid.
Y, mientras leo, recorro tus paisajes y tus festivales y tus vídeos y tus escenarios y tus poemas y tus enlaces y tus universos creativos. Y sé, así, que tu web invita a tu obra y a tus capacidades creativas y que a través de ella uno tiene la percepción de tus mundos y de tu riqueza interior.
Tu web, Nuria, es un libro de libros; es un universo de universos. Muchas gracias, pues, por dejar la puerta abierta.
Volveré.
Gracias de corazón, Juan, será un honor que vuelvas, y lo es conseguir conectar contigo en algún punto del virtual, y sentirse en el mismo lenguaje. Sin palabras, gracias, siempre la puerta abierta
Leí tu poema al llegar a casa. Os he reservado un lugar especial en mi universo. Como una estrella lejana que me regaló su luz cuando el sol comenzaba a esconderse. Junto al Palacio de Cristal, Nuria regala su alquimia transformadora hecha de palabras. Gracias.
Es un honor Ismael tener un lugar especial en tu universo. Gracias por contárnoslo y por jugar conmigo. Es un enmedio el poema. Necesita de la confianza de los dos para mostrarse. Gracias a ti también.
He leído, Nuria, y he disfrutado las artes de tu web. Y me ha cautivado tu filosofía y tu manera de decir y expresar los mundos que hay en ti.
Tomaré tus propias palabras para hacerlas mías y dejarlas aquí, como muestra de lo que he aprehendido y tomado en mi visita a tu web:
“No tengo nada mío, ni un vídeo, ni un poema. Firmo para registrar un tiempo espacio que habito”.
“Voy hacia algún sitio, sí, lo llamo totalidad, para ello todos los días hago presencia”.
Me quedo, Nuria, para mí, como si míos fueran, algunos de tus poemas de EL SOL EN LA CARA, ese libro
que nació un otoño y culminó un verano, todo en la Cuesta de Moyano de Madrid.
Y, mientras leo, recorro tus paisajes y tus festivales y tus vídeos y tus escenarios y tus poemas y tus enlaces y tus universos creativos. Y sé, así, que tu web invita a tu obra y a tus capacidades creativas y que a través de ella uno tiene la percepción de tus mundos y de tu riqueza interior.
Tu web, Nuria, es un libro de libros; es un universo de universos. Muchas gracias, pues, por dejar la puerta abierta.
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Leí tu poema al llegar a casa. Os he reservado un lugar especial en mi universo. Como una estrella lejana que me regaló su luz cuando el sol comenzaba a esconderse. Junto al Palacio de Cristal, Nuria regala su alquimia transformadora hecha de palabras. Gracias.
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Es un honor Ismael tener un lugar especial en tu universo. Gracias por contárnoslo y por jugar conmigo. Es un enmedio el poema. Necesita de la confianza de los dos para mostrarse. Gracias a ti también.
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